sábado, 9 de julio de 2011

Mayo 17


El inicio de este día mostraba que no iba a ser el mejor de todos, el ambiente se tornaba pesado, más de lo normal; entre los estudiantes se decían indirectas que estaban causando conflicto en el ambiente.
Poco después de una hora dos estudiantes iniciaron una discusión porque uno de ellos estaba causando ruido e interrumpía la concentración de los demás compañero.
Inmediatamente se hizo la intervención pertinente para pacificar la situación, el maestro tutor decidió enviar a uno de los estudiantes que mas alterado se encontraba para su casa y así evitar un nuevo enfrentamiento más tarde.


Se decidió continuar con el trabajo y aunque el ambiente continuaba algo tenso los estudiantes trabajaron cada uno por su lado en silencio y sin pronunciar palabra.
Después del descanso teníamos clase de educación física, en el desarrollo de esta, uno de los jóvenes tomo por el cuello a uno de sus compañeros y lo estaba ahorcando.
Creo que ha sido uno de los mayores sustos que he vivido, lo que me impresiona de todo esto a parte del hecho de la pelea, es las reacciones inesperadas de los jóvenes en este caso, el joven implicado no había tenido nada que ver con la primera discusión en el inicio de la mañana, pero fue quien tomo represarías.
Situaciones como estas no se deben dejar en un simple llamado de atención o proceso judicial, es más de un proceso de tratamiento psicológico, ya que esta reacción tiene sus causas reprimidas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario